El impacto en la educación del COVID-19
Publicado el 05 de septiembre de 2020 por la Oficina del Informe sobre Desarrollo Humano
Ante los cierres escolares por tiempo indefinido que afectan a más de 1.4 mil millones de niños y niñas, se recurre a medidas tecnológicas para dar continuidad al proceso educativo. Este avance positivo, nacido de la reciente revolución tecnológica, apoya la resiliencia ante los choques en la educación –dimensión fundamental del desarrollo humano. ¿Cuál es la tasa efectiva de desescolarización después de que se tomen en cuenta estos esfuerzos? Para esclarecer esta situación, se ajustó el porcentaje de niños y niñas en edad escolar de primaria que enfrentaron cierres escolares para tener en cuenta los hogares con acceso a internet y oportunidades para la continuación del aprendizaje estructurado.
The short-term effective out-of-school rate for primary education has jumped substantially for all human development groups
Los resultados representan la tasa de desescolarización –o el mejor desempeño del sistema escolar en las condiciones estructurales que enfrenta– porque supone que todo niño o niña con acceso al internet puede darle continuidad al proceso educativo. Es decir, es un estimado optimista de la habilidad social de mantener escolarizada a la población infantil. También es un estimado optimista de las inequidades entre grupos de países, porque toma de hecho que implementar estos sistemas supone el mismo reto en todos los contextos (de ingreso alto o bajo, con o sin ancho de banda, con o sin los dispositivos adecuados). La tasa efectiva de desescolarización incrementó en todas partes (incluso según supuestos optimistas).
La tasa efectiva de desescolarización en primaria llega a su máximo en países con desarrollo humano bajo (86 %, un incremento de 59 puntos porcentuales), seguida de países con desarrollo humano medio (74 %, un incremento de 67 puntos porcentuales, que es el mayor revés) y países con desarrollo humano alto (47 %, un incremento de 41 puntos porcentuales; gráfico 1). Sólo en países con desarrollo humano sumamente alto existe el potencial para que las niñas y los niños en edad escolar puedan dar continuidad al aprendizaje estructurado, con una tasa efectiva de desescolarización del 20 % (un incremento de 19 puntos porcentuales). En general, esta es el mayor revés jamás en la historia de este indicador, y abrió nuevas brechas en el desarrollo humano. Se prevé que la desescolarización –aunque fuera por tiempo limitado– podría resultar en impactos a largo plazo en el aprendizaje, el potencial de ingresos y en el bienestar. Este análisis de corto plazo se sustenta en países que experimentan cierres escolares que sólo se prevén que duren pocos meses.
¿Qué hay del panorama mundial para el 2020? Suponiendo que las escuelas permanezcan cerradas sólo la cuarta parte del año lectivo (una suposición conservadora que toma en cuenta lo que se ha experimentado en varios países de Europa y Norteamérica), se prevé que puede alcanzar el 20 % la tasa efectiva de desescolarización anualizada de educación primaria del 2020. A raíz de este descomunal retroceso, la tasa de desescolarización queda al nivel que estaba en 1985.
Inequality in internet access will have a major effect on the long-term out-of-school rate for primary education.
Dos escenarios para valorar el papel de la tecnología
A falta de acceso al internet, la tasa efectiva alcanzaría el 29 %, un retroceso de cinco décadas. El rol de la desigualdad en los aspectos nuevos del desarrollo humano se puede evaluar en un segundo escenario. Si los países tuvieran la tasa de acceso al internet de los mejores en su grupo de desarrollo humano, sería del 12 % la tasa de desescolarización. Algunas medidas han sido desplegadas aceleradamente para cerrar la brecha entre países. Por ejemplo, en la ciudad de Nueva York se distribuyeron 175,000 computadoras portátiles, iPad y Chromebook antes de que diera inicio la educación en modalidad a distancia y un proveedor de internet le ha ofrecido a los hogares con estudiantes desde primaria hasta universitarios acceso gratis al internet y ancho de banda durante 60 días. Si bien, los países desarrollados tienen posibilidades de empezar a implementar algunas de estas medidas, los principios subyacentes deberían ser la base del esfuerzo mundial para cerrar las brechas en el acceso a la tecnología.